El uso de tela sobrante para crear nuevos productos, como fundas para cojines de sofá, bolsas de tela y accesorios pequeños, es una estrategia popular en la moda y diseño sostenible. Pero, ¿es realmente tan sostenible como parece?
Sí, en muchos casos es una solución más sostenible que comprar tela nueva. Al usar retazos de producción, reducimos residuos, maximizamos el uso del material y disminuimos la necesidad de producir tela nueva.
Sin embargo, existen ciertos desafíos:
- Logística y recursos: Recolectar, clasificar y transformar tela sobrante puede requerir mucho trabajo y energía, lo que en algunos casos puede reducir la ventaja de sostenibilidad. En nuestro caso, usamos telas sobrantes de nuestro fabricante, por lo que no se requiere transporte adicional.
- Escala limitada: Como la tela sobrante suele venir en pequeñas cantidades, puede ser difícil crear una línea de productos coherente, lo que puede llevar a una producción ineficiente. Simplemente toma un poco más de tiempo, y creemos que vale la pena. En este caso, con nuestras fundas de cojín veraniegas, hemos hecho tan solo 20 unidades de algunos colores.
- Calidad y durabilidad: A veces los restos de tela pueden tener defectos o variar en medidas y calidad. Esto requiere una mayor intervención manual de los artesanos.
¿Cómo saber que realmente es tela sobrante?
Muchas empresas usan términos como "deadstock" y "resttyger" en su marketing, pero no siempre está claro qué significan. Para asegurarnos de que la tela realmente es sobrante, lo verificamos mediante;
- Hacer preguntas al proveedor sobre el origen de la tela y por qué se considera sobrante. Nosotros usamos únicamente tela sobrante ecológica en nuestras colecciones zero waste.
- Solicitar transparencia sobre la producción. ¿Es tela que sobra de otra fabricación, o es nueva pero comercializada como deadstock?
¿Deberían los productos ser más baratos?
Puede parecer lógico que los productos hechos con tela sobrante deberían ser más baratos, ya que el material es un subproducto. Pero hay factores que pueden hacer que los precios se mantengan en un nivel "normal":
- Costos laborales: Manejar y adaptar tela sobrante requiere más trabajo que usar rollos estandarizados.
- Acceso limitado: Dado que los restos de tela suelen aparecer en pequeños lotes, la producción es más compleja y costosa. De nuestras fundas de cojín solo hay entre 20 y 50 unidades de cada color, y por supuesto, no se repondrán por razones naturales.
- Producción artesanal: Muchas personas que trabajan con restos de tela lo hacen a menor escala, a menudo con un proceso más cuidadoso.